Día 20

Dia20

 

  1. En este día, nuestro objetivo consiste en concentrarnos en las áreas remotas de la conciencia. Nuestra tarea es ayudar a la gente. Imaginemos tener que explicar algo a otra persona, algo que ella no sabe o no entiende. Ya sabemos que, en realidad, cada persona posee todo el conocimiento, su mente contiene todo el conocimiento. Su alma desde el principio ya lo sabe todo. Nuestro objetivo por tanto es ayudarle a darse cuenta de la información que ya obra en su poder. Sólo en ésta toma de conciencia de los conocimientos ocultos en nuestra mente, está la verdadera comprensión.

El despertar de una persona a la percepción de la información que tiene en su alma resulta más fácil a través de áreas remotas de su conciencia. Se puede llegar a ellos a través de las zonas más remotas de nuestra conciencia.

Este tutorial nos introduce a la participación activa en el programa de salvación. A este respecto, es esencial enfatizar un punto clave de esta concentración. La concentración debe garantizar un efecto positivo sobre el control de eventos para todos, sin distinción, la favorable evolución de los acontecimientos para todas las personas, independientemente del lugar donde se despliega. Las personas se pueden encontrar físicamente lejos de nosotros y aun así pueden conseguir nuestra ayuda. En resumen este ejercicio podría llamarse concentración de control en el éxito común. Esto significa que gracias a nuestro trabajo situaciones concretas se desarrollaran favorablemente para todos.

Si lo deseamos, sobre todo en la fase inicial, al comienzo de la práctica, podemos añadir a la concentración descrita otro ejercicio: hay que centrarse en los objetos remotos, como el Sol, los planetas y las estrellas y las constelaciones. No es necesario que los veamos con los ojos. Nuestro objetivo es entender lo que son, desde el punto de vista de la información.

  1. La secuencias: de siete dígitos: 1538416; de nueve dígitos: 891543219
  2. Miremos al mundo desde el punto más alto de nuestra conciencia, desde el punto más profundo de nuestra alma y la aspiración al bienestar espiritual de todos. Miremos al mundo como si todavía estuviera en pleno proceso de creación  y creámoslo tal y como es ahora. Pero mientras lo hacemos, cambiemos el estado del mundo – junto con sus defectos, de modo que vaya en una mejor dirección, hacia la creación y hacia la vida eterna. Veremos que los defectos no son en realidad defectos, si no una mala  interpretación del mundo. Tenemos que entender el mundo correctamente, como el creador nos lo dio y veremos que el Creador está presente en todo. El camino correcto puede encontrarse en todas partes, basta con dar un  paso hacia él. Sólo que no neguemos el camino correcto, que sigamos caminando sobre él, veremos que el mundo se ha transformado. Descubriremos que el universo es nuestro, que el Creador está complacido con nosotros, que nosotros mismos somos el creador, y podemos crear en cualquier lugar, y en cualquier momento, eternamente. Somos los ayudantes del Creador, y también  de todos los demás. Nosotros como el Creador mismo somos creadores y llegaremos al punto donde todos seremos uno. Y ese punto que une a todos es nuestra alma. Vamos a mirarlo y ver la luz de la vida. Es la luz que emana de nuestra alma. La luminiscencia de nuestra alma que nos llama desde lo alto y desde lejos, la luminiscencia del alma es el mundo mismo. Nosotros vemos el mundo porque nuestra alma lo ve. Y nuestra alma ve porque tenemos los ojos del alma. Mirémonos a nosotros mismos desde todos los lados y descubriremos la unión universal con todo el mundo, que existe siempre y en todas partes. Nuestro pensamiento es también el pensamiento del mundo. Nuestro conocimiento es el conocimiento del mundo. Compartamos el conocimiento de la vida y difundamos la luz de nuestra alma y veremos la vida eterna en el estado en que nos encontramos. Vamos a descubrir que la vida eterna ha estado desde hace mucho tiempo con nosotros, que ha existido y siempre existirá. Nosotros somos la vida eterna.